Con la de ayer ya son dos los partidos que Valencia Basket ha perdido. El Limoges francés se ha presentado como la kryptonita de un equipo que hasta el partido de ida en la Fonteta, no conocía la derrota. No se trata ahora de alabar al equipo en estas dos derrotas aludiendo un despiste o mala suerte para explicarlas. La realidad es que el Limoges es un grandísimo contrincante y ha demostrado que esa primera victoria no fue fruto de la casualidad.
Es tiempo ahora pues de decir lo que hay, de decir sin ningún tipo de problema que los de Pedro Martínez no son perfectos. Ayer sobre el parqué volvieron a hacer acto de presencia los fantasmas de una posible nueva derrota que al final acabaría por producirse. Ayer los que lo estábamos viendo teníamos la sensación de que el ir siempre a remolque en el marcador con mínimas ventajas suponía que aquello podría acabar mal.
Fue a partir de los últimos minutos del tercer cuarto y el último cuando las diferencias empezaban a ser notables. Los locales, como ya ocurrió en el partido de ida en Valencia, mostraron la misma confianza con la que se presentaron en tierras valencianas. Quizá con una motivación extra de volver a ganar a un rival directo en la lucha por esta Eurocup.
La necesidad de escribir este artículo ha surgido a raíz de este partido. Ahora que Valencia Basket atraviesa podríamos decir una pequeña crisis en el camino de conseguir nuevos títulos. Es tiempo, como he dicho, de exigir a los nuestros que olviden todos esos fantasmas que parecen ver cuando se enfrentan al conjunto galo. Que recuerden el camino que les ha llevado a hacer un primera vuelta perfecta en la liga Endesa.
Cierto es que en la Eurocup se enfrentarán con rivales potencialmente mejores que los que te encuentras en la liga nacional, de ahí la necesidad de dar un salto de calidad en esta competición, porque yo creo que este equipo puede darlo aunque parezca impensable. El Last 32 se ha puesto muy cuesta arriba con esta segunda derrota y si se quiere aspirar a revalidar el título Valencia deberá cambiar su mentalidad como estoy seguro que ahora estarán haciendo.
No es esta ninguna crítica hacia los nuestros, creo que margen de confianza se han ganado de sobra. Es más un estímulo que pretende acabar con cualquier tipo de duda para aquellos que están pensando en que a partir de ahora todo se puede torcer. Que piensen que todavía no ha vuelto al equipo Sammy Van Rossom, que confíen en la magia de Diot, en las genialidades de San Eme o en la manita de Hamilton o Dubi.
Estoy seguro de que serán una inmensa minoría aquellos que no confíen ya en el triunfo de estos genios. Por eso es el momento de seguir confiando en estos jugadores, solo ellos son capaces de perder su imbatibilidad y al cabo de tres dias volver a ganar a todo un Barcelona Lassa y provocarles la frustración de reclamar la impugnación del partido por no querer afrontar la realidad de la derrota y la pérdida del liderato.
Por este último hecho y muchos más yo sigo confiando, y si por alguna de aquellas la cosa se torciera más de lo esperado, seguiré de pie aplaudiendo a un equipo que ya es historia, no me cansaré de repetirlo.
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